El sábado 19 de julio, Escenario 360 fue el epicentro de una noche cargada de música, humor y recuerdos con la participación del maestro José Virgilio Peña Suazo. Acompañado de figuras como Jochy Santos y Jonny Estrella, el evento ofreció mucho más que un concierto tradicional. Fue una tertulia cargada de anécdotas, risas y canciones que conectaron profundamente con el público.
Peña Suazo, reconocido por su talento como músico, compositor y comunicador, demostró una vez más por qué se ha ganado el cariño del pueblo. Su carisma y cercanía con la gente fueron el hilo conductor de una presentación sin guión estricto, en la que todo fluía como una conversación entre amigos.
Grandes canciones, historias y carcajadas
Durante la noche, Peña Suazo compartió detalles detrás de algunas de sus canciones más populares. Temas como Valió la pena, interpretado por Rubby Pérez, La pastilla de Sergio Vargas, y otros éxitos como Rey muerto, rey puesto, Necesito tenerla o La quería, fueron recordados con entusiasmo por los presentes.
Muchos de estos temas, confesó el artista, surgieron en momentos de presión, como cuando debía pagar el alquiler a fin de mes. «La musa me llegaba cuando el dueño de la casa se paraba frente a mi ventana y yo tenía que buscar cómo resolver», relató entre risas. De ahí que cada letra tenga una historia detrás, muchas veces ligada a lo cotidiano y a las necesidades del día a día.
De la inspiración al escenario: cómo surgen sus temas
Una de las anécdotas más celebradas fue el origen de la canción Dame agua que tengo calor. Según contó, surgió en una tarima improvisada donde, literalmente, necesitaba agua. Esa frase se convirtió en coro y más adelante en tema musical, con la característica chispa que define su estilo.
Otra historia destacada fue la de un joven a quien sorprendió usando sustancias ilegales, y cómo le ofreció apoyo si se comprometía a cambiar. “Si eso sale en el laboratorio, te entrego un motor nuevecito; pero si sale lo contrario, vamos directo a las autoridades”, comentó en tono firme pero siempre con un toque de humor que provocó carcajadas entre los asistentes.
Un show diferente: más que un concierto
Lo especial de este encuentro fue el formato. En lugar de un concierto lineal, el público disfrutó de una conversación informal entre los artistas, con intervenciones musicales intercaladas. El escenario se transformó en una sala de estar con sillones donde los protagonistas compartieron experiencias y conectaron directamente con el público.
«Queríamos romper el esquema clásico del show, y el maestro Peña Suazo aceptó con entusiasmo. Lo hicimos a nuestra manera: sentados, relajados, interactuando con la gente», explicó Jonny Estrella. Y así fue: el público no solo escuchó música, también se convirtió en parte activa del espectáculo.
Lo cotidiano, lo divertido y lo dominicano
El humor dominicano estuvo muy presente. Desde recuerdos de infancia, como cuando Peña Suazo contó cómo aprendió a comer berenjena al ver una grabación suya frente a 5 mil personas, hasta historias más personales como sus inicios musicales en Nueva York, donde asegura haberse “bañado con leche” al estilo de Cleopatra, al no saber qué hacer con el exceso de galones que compró por primera vez.
Hubo tiempo también para homenajes. El artista habló de su admiración por José José y cómo aprendió a cantar escuchándolo mientras se enjabonaba durante sus años más jóvenes. También rindió homenaje a Camilo Sesto, otro de sus ídolos, destacando cómo estos grandes lo ayudaron a perfeccionar su voz.
Un artista cercano y agradecido
Las llamadas del público no se hicieron esperar. Desde distintas ciudades del país y del extranjero, los oyentes destacaron la humildad, el talento y el carisma del artista. Muchos recordaron fiestas privadas, conciertos pasados y encuentros que los marcaron. Peña Suazo agradeció cada mensaje, reafirmando que su mayor satisfacción es dejar huella en la gente.
En palabras de un fan: “Peña Suazo no es solo un gran músico, es una persona que se gana el respeto por su forma de ser, por su humildad y por cómo se entrega al público en cada presentación”.
Música con alma dominicana
La noche del sábado fue una muestra clara de que el talento no solo se mide por las notas musicales, sino por la capacidad de conectar con la gente. Peña Suazo no solo canta: conversa, inspira, hace reír y emociona.
En un país donde el merengue es parte del alma nacional, artistas como él mantienen viva la esencia de nuestra cultura. Y mientras haya público que quiera escuchar historias con ritmo, humor y corazón, habrá siempre una tarima lista para recibir a Peña Suazo y sus canciones.
