Aunque muchos no lo saben, la isla de La Española —compartida por República Dominicana y Haití— guarda secretos geológicos que se remontan a cientos de miles de años. ¿Podrían despertar los antiguos volcanes del país? ¿Qué posibilidades hay de que surjan nuevos? En este artículo, exploramos la historia volcánica dominicana, su posible actividad futura y cómo incluso podría aprovecharse para generar energía limpia.
Cuando el Caribe ardió: El ejemplo de Montserrat
En 1995, el volcán Soufrière Hills, ubicado en la isla de Montserrat, en el Caribe Oriental, comenzó a emitir humo y ceniza. Durante casi dos años, pareció solo una amenaza lejana… hasta que, en junio de 1997, una erupción poderosa arrasó con todo a su paso. El pueblo de Plymouth quedó completamente cubierto y, desde entonces, fue abandonado. Hoy se le conoce como la “Pompeya del Caribe”.
Este suceso recuerda que los volcanes pueden estar inactivos por siglos y luego volver a manifestarse. Y eso lleva a una pregunta importante: ¿puede algo similar ocurrir en República Dominicana?
¿Existen volcanes activos en República Dominicana?
Actualmente, los geólogos han identificado alrededor de 130 conos volcánicos antiguos en territorio dominicano. Muchos están ubicados en el suroeste del país, entre zonas como Valle Nuevo, Constanza y Barahona. Algunos nombres conocidos incluyen el Alto del Guayabal, el Cerro La Bandera y la zona volcánica de Las Yaguas.
Sin embargo, todos estos volcanes se consideran apagados desde hace aproximadamente 300,000 años. Aunque no muestran señales de actividad en la superficie, los científicos creen que aún existen cámaras de magma bajo tierra. Por eso, aunque la posibilidad de una nueva erupción es muy baja, la actividad geotérmica aún está presente.
¿Qué es la actividad geotérmica?
La actividad geotérmica ocurre cuando el calor interno del planeta calienta el agua subterránea, la cual sube a la superficie en forma de aguas termales. En República Dominicana, existen varios lugares con este tipo de fuentes, especialmente en regiones con antecedentes volcánicos.
Estas aguas no solo son atractivos turísticos naturales, también representan una posible fuente de energía limpia. En países como Islandia, este calor se aprovecha para generar electricidad sin contaminar.
¿Es posible generar electricidad con los volcanes dominicanos?
La energía geotérmica se obtiene extrayendo el calor del interior de la Tierra. Para hacerlo, se perfora profundamente hasta alcanzar zonas donde el agua puede alcanzar más de 200 grados Celsius. Ese vapor se canaliza para mover turbinas y generar electricidad.
República Dominicana tiene el potencial de utilizar esta tecnología. Estudios preliminares han identificado áreas con temperaturas subterráneas altas que podrían aprovecharse. Sin embargo, aún no hay proyectos definitivos, en parte por los altos costos de inversión inicial y los desafíos técnicos.
Los riesgos del desarrollo geotérmico
Una de las técnicas más utilizadas para extraer energía geotérmica es la fracturación hidráulica, conocida como “fracking”. Este proceso consiste en inyectar agua a presión para abrir grietas en las rocas subterráneas. Aunque puede ser eficaz, también genera preocupaciones ambientales. Algunos expertos temen que pueda contaminar aguas subterráneas o provocar pequeños movimientos sísmicos.
Por eso, antes de implementar esta tecnología en el país, se deben hacer estudios rigurosos para asegurar que no haya impactos negativos para las comunidades cercanas.
¿Puede nacer un nuevo volcán en el Caribe?
La Tierra está en constante cambio. De hecho, en 2015 se formó una nueva isla volcánica en Tonga, en el océano Pacífico, tras una erupción submarina que duró solo unos meses. Algo similar podría ocurrir cerca de República Dominicana, especialmente en zonas submarinas al este de Puerto Rico, donde se ha registrado actividad reciente.
Aunque la isla de La Española ya no presenta volcanes activos, no se puede descartar del todo que, con el paso del tiempo, surja un nuevo volcán en el lecho marino cercano.
Las aguas termales: tesoro oculto del turismo dominicano
Además del potencial energético, las aguas termales ofrecen una oportunidad turística única. En muchas culturas antiguas —como la romana o la japonesa— estas fuentes naturales se han usado para relajación y tratamientos terapéuticos. Incluso, en Japón, los monos de montaña se bañan en aguas calientes durante el invierno, atrayendo miles de visitantes al año.
En República Dominicana, podrían desarrollarse balnearios ecológicos inspirados en esos modelos. Serían una atracción adicional para el sur del país, combinando salud, naturaleza y desarrollo sostenible.
Volcanes dormidos, oportunidades activas
Aunque los volcanes dominicanos llevan cientos de miles de años sin manifestarse, su legado sigue presente en la geografía, el suelo y el calor subterráneo del país. Esa herencia geológica puede convertirse en una ventaja para el futuro: desde el turismo de bienestar hasta una fuente de energía renovable.
Con la planificación adecuada y el respeto al medio ambiente, República Dominicana podría transformar este calor oculto bajo tierra en desarrollo para las comunidades. No se trata de temerle a los volcanes del pasado, sino de aprender a convivir con ellos y aprovechar su poder de manera responsable.