Una madre trabajadora que inspira desde su motor
Cada mañana, cuando el sol apenas empieza a iluminar las calles de Herrera, en Santo Domingo Oeste, Melany Mejía ya está lista para comenzar su jornada. A sus 30 años, esta madre dominicana ha encontrado en la motocicleta una herramienta para sostener a sus dos hijas y romper barreras en un oficio tradicionalmente ocupado por hombres.
Melany es conocida en su comunidad como la motorista de Herrera, y no solo por su habilidad al conducir, sino también por su valentía y compromiso con su familia. Conduce su motocicleta como parte del servicio informal de transporte que mueve a cientos de personas cada día en la ciudad.
Trabajo duro y corazón de madre
Su rutina inicia a las 6:00 de la mañana. Sin importar el clima o el tráfico, ella se pone el casco, arranca su motor y sale a recorrer su ruta. Su meta diaria: conseguir el sustento necesario para alimentar y cuidar a sus hijas, de 15 y 9 años.
Melany comparte su día con sinceridad:
“Trabajo hasta las 11:00 de la mañana, luego voy a casa, cocino, y llevo a las niñas a la escuela. A eso de las 2:00 de la tarde, regreso a trabajar hasta las 4:00. Después las busco y por las noches estudio”, cuenta con una sonrisa que refleja orgullo y esfuerzo.
Su historia es un reflejo del espíritu luchador de muchas mujeres dominicanas que, sin excusas, buscan mejorar la vida de sus hijos y su comunidad.
Superar barreras en un oficio dominado por hombres
El transporte en motocicleta en la República Dominicana suele ser una actividad en la que predominan los hombres. Sin embargo, Melany no se deja intimidar por los comentarios ni por las actitudes que muchas veces la subestiman por ser mujer.
“A veces es difícil porque algunos hombres no aceptan que una mujer pueda hacer este trabajo, pero yo sigo adelante. Me siento llena de energía”, afirma con firmeza.
Melany no solo conduce una moto, también lidera con el ejemplo. Su presencia en las calles demuestra que el género no define la capacidad ni la fuerza para cumplir con un trabajo bien hecho.
Estudiar, trabajar y ser madre: todo es posible
Uno de los aspectos más admirables de la vida de Melany es cómo combina tantas responsabilidades a la vez. A pesar de tener una agenda apretada, se da el tiempo para seguir estudiando en horario nocturno, con la intención de lograr una carrera que le abra nuevas oportunidades.
Este esfuerzo demuestra que con determinación, disciplina y ganas de salir adelante, cualquier meta puede estar al alcance, incluso en medio de situaciones complejas.
Un mensaje para otras madres jóvenes
Con motivo del Día de las Madres, Melany quiso enviar unas palabras a otras mujeres que, como ella, luchan día a día por el bienestar de sus hijos:
“Que sigan adelante. Todo en la vida tiene un propósito. Les mando muchas bendiciones, se los dice la motorista de Herrera”.
Sus palabras resumen un mensaje poderoso: el amor de madre es una fuerza que mueve el mundo, incluso sobre dos ruedas.
Inspiración para una nueva generación
Historias como la de Melany Mejía no solo reflejan la realidad de muchas familias dominicanas, sino que también inspiran a una nueva generación de jóvenes que sueñan con un futuro mejor. En cada recorrido que hace, Melany no solo transporta pasajeros, sino que también lleva consigo una lección de valentía, dignidad y amor por sus hijas.
En una sociedad donde muchas veces se espera que las mujeres se limiten a ciertos roles, Melany rompe esquemas y demuestra que el trabajo digno no tiene género.
Mujeres que mueven a la República Dominicana
La historia de Melany Mejía es solo una entre muchas que ocurren cada día en nuestro país. Mujeres como ella sostienen hogares, educan, trabajan y hacen posible el progreso. En Herrera y más allá, su ejemplo deja una huella que trasciende calles y motores.