Viajar en avión continúa siendo uno de los medios de transporte más confiables del mundo. A pesar de ello, para muchas personas, estar suspendidos a gran altura provoca una sensación natural de vulnerabilidad. Esa impresión de estar “en el aire”, sin un entorno sólido que los rodee, puede despertar una inquietud que no necesariamente se basa en estadísticas reales.
Esta percepción lleva a que muchas personas se hagan una pregunta común antes de volar: ¿hay un asiento que sea más seguro que otros dentro de un avión?
Volar es más seguro de lo que parece
Antes de abordar las zonas del avión con mejores perspectivas, es importante dejar algo claro: volar sigue siendo una de las maneras más seguras de desplazarse. De acuerdo con un estudio publicado en 2024 por el Journal of Air Transport Management, la probabilidad de que una persona tenga un incidente fatal en un vuelo comercial en Estados Unidos es de 1 entre 13,7 millones.
Además, un análisis comparativo citado por The Washington Post indica que por cada mil millones de millas recorridas, se producen 7,28 muertes en automóvil, frente a solo 0,07 en vuelos comerciales. Esto muestra que, desde un punto de vista estadístico, el avión representa una opción mucho más segura que otros medios de transporte.
Y lo más importante: el 94 % de los incidentes aéreos graves registrados entre 2001 y 2017 en Estados Unidos, según la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés), tuvieron al menos un grupo de personas que sobrevivió.
¿En qué parte del avión es más probable sobrevivir?
Aunque las agencias aeronáuticas insisten en que no existe un “asiento perfecto”, diversos análisis revelan que la ubicación sí puede influir en las probabilidades de salir ileso en una situación de emergencia.
El investigador Daniel Kwasi Adjekum, experto en seguridad aérea de la Universidad de Dakota del Norte, explicó al portal Live Science que “todo depende de la dinámica del evento”. En muchos casos, si el avión toca tierra en un ángulo bajo o se sale de la pista, la parte delantera tiende a recibir el mayor impacto. En estos casos, las filas traseras tienden a ofrecer mejores oportunidades de supervivencia.
Una investigación publicada por la revista Time en 2015, basada en datos de la Administración Federal de Aviación (FAA), concluyó que los pasajeros ubicados en el tercio trasero del avión tenían tasas más altas de supervivencia. En concreto, se encontró que quienes estaban sentados en la parte trasera tenían un 69 % de probabilidad de salir con vida, en comparación con el 49 % en la parte delantera y un 56 % en la zona media, cerca de las alas.
¿Qué asiento es más conveniente: pasillo, ventana o centro?
No solo importa la sección del avión, sino también la posición exacta en la fila. Según datos analizados entre 1985 y 2000 por Time y la FAA, los asientos centrales ubicados en la parte trasera presentaban la menor tasa de mortalidad: solo un 28 %. En cambio, los más riesgosos eran los asientos de pasillo ubicados en el centro de la cabina, con una tasa de mortalidad del 44 %.
Una de las razones detrás de este patrón es que los asientos centrales ofrecen protección adicional gracias a los pasajeros sentados a los lados, lo que reduce la exposición directa a golpes o impactos.
Ventajas y desventajas de la sección media del avión
Algunos expertos, como el profesor Cheng-Lung Wu de la Universidad de Nueva Gales del Sur, señalan que la sección central del avión —especialmente cerca de las alas— tiene ventajas importantes. Esta zona suele ser más resistente estructuralmente y, además, suele estar ubicada cerca de varias salidas de emergencia. Esa cercanía puede reducir el tiempo de evacuación en situaciones críticas.
Sin embargo, también existen desventajas. Justo debajo de esta zona se ubican los depósitos de combustible, lo que puede representar un riesgo adicional si hay alguna situación que comprometa la estructura del avión. Aun así, los protocolos de seguridad indican que los depósitos suelen vaciarse antes de aterrizar para minimizar riesgos.
La suerte también juega un papel
Aunque los datos ofrecen una guía útil, hay que reconocer que cada situación es única. Por ejemplo, en el caso del vuelo 232 de United Airlines en 1989, que tuvo un evento grave en Sioux City, la mayoría de los sobrevivientes se encontraban en la parte delantera del avión, lo que contradice los patrones estadísticos.
Este ejemplo muestra que, si bien existen tendencias generales, el resultado final en estos casos depende de muchos factores: tipo de impacto, velocidad, lugar de aterrizaje y estado del avión, entre otros.
¿Cómo prepararse para aumentar tus probabilidades?
Más allá de la ubicación en el avión, los especialistas en seguridad recomiendan varias acciones que pueden ayudar a mejorar las probabilidades de salir bien ante una emergencia.
Una de ellas es identificar visualmente las salidas de emergencia más cercanas y contar cuántas filas hay entre tu asiento y estas salidas. Esta información es vital si la visibilidad se ve comprometida.
También es fundamental prestar atención a las instrucciones que ofrece la tripulación antes del despegue. Estas indicaciones están diseñadas para ayudarte a reaccionar de forma rápida y eficiente.
Además, mantener siempre el cinturón de seguridad abrochado mientras estás sentado reduce el riesgo de lesiones durante turbulencias. Usar ropa cómoda y que permita moverse con facilidad también puede marcar la diferencia si se requiere una evacuación.
Finalmente, en caso de evacuación, lo más importante es salir del avión tan pronto como sea posible. Intentar recuperar objetos personales puede retrasar el proceso y afectar la seguridad tanto propia como ajena.
Lo más importante es estar informado y preparado
Entonces, ¿cuál es el asiento más seguro en un avión? Según los datos, los asientos centrales en la parte trasera ofrecen una ligera ventaja. Sin embargo, esta diferencia no es lo suficientemente significativa como para generar ansiedad si no puedes elegir tu asiento ideal.
Lo esencial es tener presente que viajar en avión es altamente seguro. Las probabilidades están a tu favor. Y más que el lugar donde te sientes, lo que realmente puede marcar la diferencia es tu nivel de atención, preparación y respuesta en caso de una situación inesperada.
La próxima vez que tomes un vuelo, siéntate tranquilo, presta atención a las instrucciones de seguridad y recuerda: volar es una experiencia confiable, moderna y, sobre todo, segura.